Piet Mondrian
Mondrian era el típico holandés que le gustaban los paisajes, molinos, luz... Pero con su llegada a París y todo cambio. Descubrió la belleza de la línea recta y los colores primarios. Y eso es lo que es esta obra: línea rectas y colores primarios. Todo ordenado para intentar representar sus ideas sobre la teosofía y el orden armónico.
Esta simpleza llego a ser criticada por muchos artistas. Pero para el sus formas eran sagradas. Tal como dijo Piet Mondrian:
"Lo horizontal y lo vertical representan los polos opuestos de la existencia: lo espiritual y lo material, lo masculino y lo femenino, lo positivo y lo negativo. Su unión es la felicidad."
Algo tan sencillo en la forma, resulta que era sumamente complejo en el concepto, y eso es lo que Mondrian pintaría hasta el día de su muerte.